EL miedo al dentista

Todo empezó así…
Tenía un amigo dentista que me insistió tanto, tanto, tanto… que fui a su consultorio y allí me dice - No te voy a poner anestesia, no tengas miedo !!!. Y en verdad no me mintió…
Pero pasó el tiempo y mi amigo se fue a vivir a otro lado… Entonces me dejó… y de ahí tuve que elegir otro dentista, y otro consultorio.
Cada vez que voy, preferiría no hacerlo, siempre le tuve miedo, pero mi mamá dice que hay que ir, ¡es por tu salud!, repite cada vez…
Hoy a la tarde tengo que ir. Espero que esté todo bien, es solo por control, pero tengo que ir… no me queda otra !!!.
Estoy con un poco de miedo, pero ella me está esperando.
De todos modos, lo bueno de ir al dentista es que no tenés muelas cariadas y tus dientes están limpios y sanos. Y además podés comerte todos los caramelos y chocolates que querés…sin culpa.


                                     La muñeca azul


                                           

Un bello día , en un país muy...muy...muy..lejano había una casa muy...muy...muy... pequeña , donde vivía una niña que se llamaba Any, su abuela Karla , su gato Pablo y su muñeca Azul.
Vivían muy... muy..muy... felices,pero como en toda família hay algún problemilla.Lo que ocurría es que el gato no se daba bién con la muñeca.
En una tarde de verano, Any fue a recoger flores y su abuela a comprar pan. Azul y Pablo,se quedaron solos en casa. El gato como era muy malo tiró a la muñeca por la ventana. La pobrecita cayó en un río, y cansada de nadar de dejó llevar por la corriente.
Llegando en la cuesta se despertó, y se encontró con un lugar mágico, donde vivían duendes y hadas. Ella les pidió ayuda, quería irse a casa. Antes de irse preguntó como se llamaba ese reino, y ellos le respondió:"Mi querida niña,ese lugar se llama Nangiyala, el lugar encantado donde todos sus sueños pueden realizarse."
Ella contenta con la respuesta, cogió el mapa que una de las hadas mensajeras le había dado y se fue a casa, con el sueño y la ilusión de volver a ir a Nangiyala otra vez.



                                           El tiburón azul

Había una vez un niño llamado Lalo, era un niño bueno que amaba mucho a los animales.
Su padre era pescador y salía en su lancha todos los días a trabajar.
Un día en las redes de su padre cayó un pequeño tiburón azul y el niño lo arrojó de nuevo al mar.
Pasó el tiempo, cuando Lalo era un jovencito y ayudaba a su padre a pescar, cayó de la lancha en una zona de tiburones.
Todos pensaron que Lalo iba a morir cuando veloz un gran tiburón azul lo salvó, llevándolo a la orilla, era el mismo tiburoncito que Lalo había salvado.


                                 El pez que tenia sed

Mi papá me regaló un pez dorado, yo no tenía idea de como cuidar un pez, mi madre lo colocó en una pecera muy amplia incluso para el pez.
Cada día tenía que darle un alimento especial, era raro ver que ese pez no hacía nada, solo burbujeaba un poco la superficie de la pecera pero no tenía gracia alguna, no como mi perro Bongo que saltaba, da la mano, corre de lado a lado, ladra a personas desconocidas y mucho mas pero que tenemos aquí a un pez que solo trata de escapar si pude cuando lo tienes en las manos y cuando esta en la pecera se asusta de nosotros ,me estoy aburriendo de este pez que necesita mas cuidado que mi pulgoso perro.
Un día cuando no había nadie y estaba yo y el pez en la sala de estar, quise ahogar el pez sacándole un poco de agua de su pecera, porque aprendí que como para nosotros el aire es fundamental para vivir para el pez es el agua, entonces cuando le iba a quitar el agua mi mamá me arrebato de ahí y cuando me estaba regañando yo ingeniosamente le dije -es que pensé que tenía sed, ya que el aire para el pez es como el agua para nosotros-y ella insegura en lo que iba a decir, dijo-solo no trates de ahogarlo, hijo-y se fue a la cocina un poco confundida de lo que había dicho.
En un día de verano donde el calor era insoportable, me estaba tomando un refresco, cuando me di cuenta de que el pez no estaba en la sala de estar entonces empecé buscarlo por todas partes y no lo encontraba, ¿como un pez se puede mover por la casa solo? Cuando vi una habitación desolada, entré y estaba ahí en un lugar fresco pero poco iluminado y incomodo, pensé entonces que mi mamá lo habría colocado ahí y se me ocurrió que el pez necesitaría sed y estar fresco y lo coloqué en el único lugar donde lo puedo llevar.
Al otro día mientras mamá cocinaba una cazuela me preguntó-¿has visto al pez?-yo le dije que lo coloqué en un lugar mejor y mientras decía esto mi mamá habría el congelador y vio sorprendida que el pez estaba congelada en la pecera, porque claro el pez tenia sed.



                                                   

  

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